Miedo a la muerte

En estas fechas nos hacemos más conscientes de que la vida tiene una fecha de fin. Nos planteamos si vivimos día a día con plenitud y estrujando cada instante, planeando para el futuro más o menos cercano y para el más lejano también. ¿Y por qué? Pues porque celebramos la fiesta de los difuntos y de todos los santos según la tradición cristiana. Hay mas tradiciones a lo largo del mundo que nos hablan de la muerte y de su culto, como la de la profana Santa Muerte en la cual se “celebra” el final de la vida tal y como la conocemos y el paso a otro estado/mundo desde el cual las personas fallecidas pueden ayudarnos.

Pero realmente qué es la muerte, qué hay después de la misma y el grado de importancia que le damos a la misma depende solo de nuestras creencias y valores. Y dependiendo de ese grado de importancia con respecto a nuestra propia vivencia, así sobrellevamos la idea de “pasar a mejor vida”.

Que, ¿de qué estoy hablando? Que, ¿qué donde quiero llegar? Pues al concepto de tanatofobia. La tanatofobia es una fobia (que bobada, si ya lo has leído tanato – fobia), que consiste en el miedo a la muerte que impide llevar una vida normal, es decir, hace que la persona ni tan si quiera pueda ir a un entierro porque le causa tal ansiedad la idea de la muerte que sufre ataques de angustia y hasta paradas cardio-respiratorias. El tanatofóbico es una persona incapaz de desarrollar estrategias para afrontar su miedo, el cual se genera por dos motivos principales: haber sufrido una experiencia próxima traumática o por observación, lo que se denomina aprendizaje vicario. Es decir, que alguien les haya transmitido ese miedo y el afectado lo convierta en algo negativo.

La tanatofobia solo afecta al 2 por ciento de la población, sin embargo, es buen pretexto para recordarnos que hay que pensar en la muerte sin llegar a obsesionarnos con ella y, sobre todo, viéndola como parte de este viaje que es la vida.

En nuestra sociedad ha habido un cambio en las últimas décadas con respecto a la muerte. Antes se le rendía culto en rituales de duelo. Ahora, ha ido evolucionando hacia una negación y una ocultación de la muerte. Cuando muere alguien no hay niños, no se les habla de lo que significa morir y eso genera un efecto negativo. Es muy importante enseñar a los niños a enfrentar la pérdida de un ser querido. Si no sabes, o quieres tener más información de cómo hacerlo, no dudes en consultar con una persona especialista, como puede ser un psicólogo

Y recuerda, “en esta vida todo tiene remedio, menos la muerte”, así que lo mejor es disfrutar de la primera con salud, antes de que la segunda nos alcance.

Publicado en Adelanto Bañezano.

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